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Se trata de un potente dispositivo de disipación de calor, transfiriendo la energía por calor del componente que refrigera hacia el exterior.
Cuando los sensores de temperatura del sistema detectan que se ha superado la temperatura de seguridad, ante el riesgo de sobrecalentamiento,
parte del fluido se desvía hacia otro circuito de tuberías integrado en el sistema general.
En este punto es donde se enfría el líquido mediante el sistema aerotermo, expulsando el sobrante de calor al aire exterior.